Quizá el título de este post haya despertado tu interés, pero…

¿Qué relación puede haber entre una Vaca, el Coronavirus y un Profesor/a de Yoga?

La hay. Lee hasta el final y todo tendrá sentido 🙂

Es una reflexión a la que queremos invitarte y espero te guste… 

Pero primero, hablemos del…

El Cuento de la Vaca y su Moraleja

Cuentan que un maestro paseaba con su discípulo cuando, de repente, vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre y decidió visitarlo.

Durante la caminata, le comentó a su discípulo que era muy importante realizar visitas, conocer personas y aprovechar las oportunidades de aprendizaje que te brinda la vida.

Llegando al lugar constató la pobreza del sitio. Allí vivían una pareja y sus tres hijos. La casa era de madera, todos iban descalzos y sus ropas estaban sucias y rasgadas.

Entonces se aproximó al padre de familia y le preguntó:

«En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni comercio posible. ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?»

El señor respondió:

«Amigo mío, nosotros tenemos una vaca que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte de la leche la vendemos o cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina. Con la otra parte hacemos queso, yogur y demás para nuestro consumo. Así es como sobrevivimos».

El maestro agradeció la información y contempló el lugar por un momento. Luego se despidió y se fue.

En medio del camino, se dirigió a su discípulo y le ordenó:

«Coge la vaca de esta familia, llévala a aquel precipicio y empújala al barranco».

El discípulo se quedó perplejo y le preguntó al maestro el motivo de tan drástica decisión, pues esa vaca era el único medio de subsistencia de aquella familia.

El maestro no pronunció una palabra, por lo que el discípulo fue a cumplir la orden.

De esta forma, empujó a la vaca por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria del discípulo durante años…

Un día, el discípulo, agobiado por la culpa de haber matado a la vaca, decidió visitar a aquella pobre familia para contarles todo lo sucedido, pedirles perdón y ayudarles en lo posible.

Y así lo hizo. A medida que se aproximaba al lugar, veía todo muy cambiado, ya no había un atisbo de pobreza. Todo lo contrario, pues los árboles estaban floridos, todo estaba muy limpio,…

Ya no había una vieja casa de madera, sino una enorme casa de piedra, con todo tipo de lujos. Incluso los niños, que antes estaban tristes y vestían ropas sucias y rotas, ahora estaban alegres y llevaban finas prendas.

El discípulo se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, por lo que aceleró el paso.

Al llegar a su destino, fue recibido por un señor muy simpático. El discípulo preguntó por la familia que vivía allí hacía unos 3 o 4 años. El señor respondió que seguían viviendo allí.

Espantado, el discípulo entró corriendo en la casa y confirmó que era la misma familia que visitó años atrás con su maestro.

Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaca):

«¿Qué hizo para mejorar este lugar y cambiar su vida de una manera tan increíble?»

El señor, entusiasmado, le respondió:

«Nosotros teníamos una vaca que se cayó por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así alcanzamos el éxito que usted puede ver ahora mismo».

Moraleja:

Muchas veces nos conformamos con tener algo seguro, aunque sea limitado y no nos produzca satisfacción.

Todos tenemos un talento oculto por descubrir, expresar y compartir. Si lo encontramos y nos atrevemos a llevarlo a la ACCIÓN, entonces encontraremos nuestra prosperidad.

Debemos ser valientes y tener confianza en nosotros mismos.

Wow…

Es un cuento muy sencillo, pero que encierra una gran lección, porque TODOS tenemos nuestras propias VACAS

¿Cuáles son tus Vacas?

¿Cuáles son las actividades, creencias, maneras de hacer las cosas, etc. que te mantienen atado o atada a un cierto nivel de prosperidad, en cualquier ámbito de tu vida?

Utiliza este parón mundial obligatorio, causado por el coronavirus, para reflexionar sobre ello y REINVÉNTATE

NOTA: A partir de este punto voy a dirigirme a los Instructores y Profesores de Yoga 

Permíteme “atar algunos cabos”.

Si de alguna forma te dedicas a la ENSEÑANZA DEL YOGA en cualquiera de sus variantes, y esta actividad representa tu mayor y/o tu única fuente de ingresos, podríamos decir que ésta es una de TUS VACAS

¿Cierto?

Ahora bien, independientemente del nivel de gestión y autonomía con el que realices tu actividad docente en Yoga (Profesional o Amateur) y del nivel de ingresos que genera tu trabajo como Profesor/ra de Yoga (holgado o ajustado), está claro que el CORONAVIRUS ha lanzado a TU VACA por el precipicio… 

Quizás no muera, pero es probable que quede mal herida y le cueste recuperarse.

Una vez escuché de un experto en Economía (no recuerdo su nombre) la comparación de una situación económica como la actual, con un árbol de manzanas. Una crisis equivale a sacudir enérgicamente al árbol: “todas las frutas que no estén firmemente sujetas, caerán”

Frente a esto, no solo hay que profesionalizarse, también debemos estar abiertos a adaptar y enriquecer los Métodos y Modelos de Enseñanza

Por nuestra experiencia y sin que se tome como una estadística oficial, por cada Profesor/ra de Yoga que desempeña su actividad de manera PROFESIONAL, hay al menos 50 profesores e instructores de Yoga que ejercen esta actividad A MEDIAS, como una afición.

Sin duda alguna, la enseñanza del Yoga es una de las actividades con mayor futuro, sobre todo porque la diferencia entre la DEMANDA y la OFERTA de Clases de Calidad, crece de manera exponencial, cada día. 

Es decir, una persona que nunca ha practicado Yoga, puede levantarse a la mañana siguiente con la firme intención de comenzar a practicar: “un nuevo alumno ha nacido”… Pero prepararse como un profesional de la enseñanza es un camino que NUNCA TERMINA. 

RESUMEN: Tras todo este jaleo del Coronavirus que ha removido los cimientos e ingresos de tu Actividad como Profesor/ra de Yoga, desde NEXOYOGA invitamos a Reflexionar sobre tu futuro y el futuro del Yoga.

Piensa al menos en UNA COSA que deberías cambiar, mejorar o implementar, para adaptarte mejor a este tipo de situaciones.

NAMASTE!

Jordys González

SUGERENCIA IMPORTANTE

Si aún no te dedicas a la enseñanza de forma profesional y/o quieres aprovechar este parón para iniciar un proceso de ENRIQUECIMIENTO y PERFECCIONAMIENTO de tus Métodos de Práctica y Enseñanza, tienes la posibilidad de participar en un Programa de Pre-Formación de 10 Meses que llevará tu Práctica y Enseñanza a OTRO NIVEL

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